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LO QUE FOX PENSABA EN 1995 DE LOS ZAPATISTAS Y LO QUE HIZO CON LOS HERMANOS CEREZO

Lo que Fox pensaba en 1995 de los acusados de ser zapatistas, lo que Fox hizo con los Cerezo, hijos de dos miembros del EPR:
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En 1995, cuando Fox era candidato del PAN a la gubernatura de Guanajuato adoptó una posición crítica y de escepticismo ante la captura de varios presuntos zapatistas, luego de la orden de Zedillo de capturar a Sebastián Guillén, presuntamente el subcomandante Marcos.
En una nota publicada por Proceso en febrero de 1995, decía:
..si ahora ya se identificó supuestamente al subcomandante Marcos no cambia la situación, sólo que ahora "se habla de un delincuente en vez de que alguien quien abrazaba una lucha social".
..."¿en qué lugar queda Salinas de Gortari que en 18 meses estuvo negociando con un supuesto delincuente, en que lugar queda don Samuel Ruiz que puso toda su entrega en la intermediación, lo mismo pasa con Manuel Camacho Solís, y el mismo Zedillo, por qué después de cuatro meses en los que ofreció el diálogo nos dice que no se trataba más que de pillos?"
Egresado de escuelas jesuitas -estudió primaria y secundaria en Instituto Lux de León y en la Universidad Iberoamericana de la capital- Fox consideró que los datos aportados por la PGR sobre la presunta identidad del subcomandante Marcos, ?no hacen más que hablar bien de él, ése es un buen currículum".
... ?no hemos visto pruebas? suficientes que incriminen a los detenidos, a quienes ?ya les pusieron la etiqueta de pertenecer al Ejército Zapatista? y es por ello que el candidato a la gubernatura se mostró escéptico sobre la primera versión dada a conocer por el presidente Zedillo.
Proceso número 954 del 13 de febrero/ 1995. Página 12

Sin embargo, en el 2001, tras el estallido de unos petardos o cohetes a las afueras de un banco, se detuvo a tres hermanos: Héctor, Antonio y Alejandro Cerezo Contreras como presuntamente responsables del hecho. Y todo por ser hijos de dos integrantes del Ejército Popular Revolucionario (EPR).
No sólo se les trató y trata como delincuentes, sino que se tuvo el descaro de compararlos con tipos como El Mochaorejas y reos peligrosos como son los narcotraficantes, por eso se les encarceló en la prisión dizque de máxima seguridad de La Palma, también conocida como Almoloya.
Afortunadamente, ha recuperado su libertad uno de los hermanos, Alejandro, y en una entrevista de La Jornada narra los días terribles en La Palma.
Aquí uno extractos de la entrevista de Blanche Petri publicada el sábado 5 de marzo, página 14:
El mensaje es: tú, que te dedicas a la lucha social esto es lo que te va a costar. Son tus hijos, están en nuestras manos, vamos a hacer con ellos lo que queramos. Y también es un mensaje de intimidación a todos los luchadores sociales legales o ilegales: vean lo que les puede pasar a sus hijos.
"El 14 de enero me levanté y lo primero que vi por la ventana, desde el nivel en que estaba, fueron tanques del Ejército. En cuestión de minutos ya estaban agentes de la AFI, con pasamontañas, revisando las estancias, confiscando casi todo lo que uno tenía. A los que se opusieron les dieron una garrotiza. A partir de ese momento nos aislaron totalmente, nos dejaron encerrados durante 19 días. Suspendieron las llamadas, no hubo acceso a noticias, ni a nada. Hasta el día 16 me gritaron que se estaban llevando a mis hermanos. Al día siguiente me enteré que fueron trasladados; Héctor, a Puente Grande, y Antonio, a Matamoros."
En su módulo, Alejandro convivió, por ejemplo, con el hijo de Daniel Arizmendi; un capitán primero del grupo del general Rebollo; uno de la banda de los Arellano Félix; un jefe de porros de la Universidad de Puebla.
Su hermano Héctor, por su parte, convivió con el presunto homicida de Luis Donaldo Colosio, Mario Aburto.
La lista de lecturas de Alejandro Cerezo en los pasados tres años es nutrida: clásicos rusos, franceses, griegos; literatura contemporánea mexicana, filosofía, economía.
"La sicóloga del penal me dijo que si hubiera estado en libertad no hubiera leído ni la mitad. Falso, hubiera leído el doble. Cuando caí preso estudiaba dos carreras y tenía un ritmo de lectura cabrón. A veces me caía la depresión encima. En esos momentos es muy difícil concentrase, sientes que el cerebro se te fuga a un lugar equis. Entonces, leer es lo más difícil.
"Hubo otro momento terrible, cuando supimos que habían asesinado a nuestra abogada, a Digna Ochoa. Ese día sí necesité abrazar a alguien. Me colgué de mi hermano cuando salimos al patio. Lloraba. Sólo podía pensar qué abuso tan tremendo, qué chingadera. Al día siguiente teníamos audiencia y ella tenía que estar allá. y el agente tuvo el descaro de amonestamos porque nuestra abogada no llegaba a la diligencia'.
El ingreso. Es impresionante. Te ponen contra la pared e indican que el trato será de sí señor, no señor. ¿Entendió? Sí señor No se oye. Sí señor. No me grite. Te despojan de todo. Luego de la revisión física -el ano te lo revisan con lámpara- te dan la ropa reglamentaria. Te obligan a inclinarte 90 grados con las manos esposadas por atrás, te toman de los brazos y en esa posición tienes que ir corriendo. Si no puedes te arrastran. Después viene la advertencia, textual: "Aquí la verga es azul y negra, y los huevos se quedaron afuera'. Es duro, muy duro al principio. Después te acostumbras.

Publicado por Serafín Vázquez en Historias, sábado, marzo 12, 2005

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